Nuestro Fundador: San Daniel Comboni

Historia y Vida de Nuestro Fundador

San Daniel Comboni, de quien proviene nuestro nombre, fue uno de los grandes evangelizadores del siglo XIX. Fundó la congregación religiosa de las Misioneras Combonianas en enero de 1872. Actualmente, la familia comboniana está compuesta por hermanas, sacerdotes, hermanos, seculares y laicos. Comboni nació en Limone sul Garda, Italia el 15 de marzo de 1831. De origen humilde y único sobreviviente de ocho hijos, él fue ordenado sacerdote en 1854, y en 1877 fue consagrado obispo de África central.

Misionero y animador incansable murió a los 50 años en Jartum, Sudán, el 10 de octubre de 1881. Fue canonizado en Roma, Italia el 5 de octubre de 2003.

 

Comboni acogió y capacitó hombres y mujeres, religiosos y laicos, solteros y casados, europeos y africanos en el ámbito sanitario, social, educativo y técnico, así como en las áreas de agricultura, administración y trabajo pastoral.

Africa su gran pasión

En una época en que África era el lugar de grandes expediciones y exploraciones, Comboni, nutrió una gran pasión por África que duraría toda su vida. Se le confió una vasta misión que incluía a toda África central y en 1877 fue nombrado primer obispo de Jartum. A los pies de Jesús, contemplando su corazón traspasado de Buen Pastor, Comboni sintió el fuerte llamado a servir a sus hermanos africanos. Comboni se caracteriza por su fuerte sentido de catolicidad soñando y promoviendo una iglesia culturalmente sensible e inclusiva, abierta a personas de todas las razas y lenguas. Su misión de evangelización es para todos los pueblos, sobre todo a los más marginados.

``Mujeres del Evangelio y de la Caridad``

En su experiencia misionera, nuestro fundador constató que la presencia de la mujer consagrada en África “constituye un elemento indispensable” y esencial en la obra evangelizadora y por eso nos llamaba “mujeres del Evangelio y de la Caridad” y nos quería “santas y capaces”.

 

Unir a las personas, derrumbar muros, construir un mundo más solidario, forjar un espíritu de auténtica acogida, en el nombre y por el amor de Dios fue la meta de Comboni, y lo que los institutos inspirados por él buscamos ser y hacer.